lunes, 30 de junio de 2014

Sergio Manganelli

Poema 36


Ahora que ya
no guardo prisas,
ni azares de primera mano,
ni cumbre a plazo fijo,
ni coartada idiota,
o amuleto feliz
contra el olvido,
ni besos desayuno,
ni graffitis de amor
sobre muros de trigo.

Justo cuando
se duerme mi desánimo
la siesta del domingo
y el carrusel de insomnios
se abstiene de sortijas,
ahora que mi rencor
anda descalzo,
que las nueces son mucho más
que médicos  y  ruido.

En este tiempo
en que las bienvenidas
tiemblan en los espejos
y el pasado nos pica
como un cuervo de exilio.

Precisamente ahora
en que ya no soy huésped
debajo tu piel,
ni miel bajo tu ropa,
me afiebra el horror cotidiano,
mientras aguardo turno
en la antesala del miserable destino.



Recién en esta tarde
de muelle sin pañuelos,
silencio sin conjuros,
plumas huérfanas,
ojos sin deseo,
acupuntura torpe
contra el miedo,
mayo sin poesía,
soledad y trapecio.

En esta hora
que no transmite nada,
este rato perdido,
sin cuerda en el reloj,
pantano de las emociones,
arena y espejismo.

Esta calle desolada,
este latir sin sangre,
esta hiel y este frío.

Acabo de descubrir
una paloma sin rumbo
que me anida en la puerta,
un caracol de lluvia,
reproduciendo el eco
de un dolor repetido.

                                                       

Poema 44


Viene la muerte y se instala
en tu riñón
tu boca
o tus pulmones,
te taladra la sien
 o desquicia tu sístole
 y tu diástole.

Se amarra
como un ancla de inciertos
en tu hipófisis,
tapona tus arterias
o te ahoga
de tos sanguinolenta.

Le hace zancadillas
 al  frágil porvenir
y se come tus huesos
como un pac-man,
o invade tu torrente
con furias de probeta
y vergüenzas genéticas.

La cosa es que ahí está.

Apática y paciente,
callada, estéril, prolija.

Tan ingenua y tan muerte.

Usa cada mañana tu cepillo de dientes.

Se sienta a tu costado
en la mesa del bar,
amarga tu café,
ahuyenta a tus afectos,
y hace un guiño burlón
ante cada punzada
o mareo de alerta.

Ella sabe que al fin  de cuentas gana.

Pero uno no es tan fácil.

Uno silba hacia adentro
 aquello de Beethoven,
sonríe fugitivo,
abraza con más pausa,
prueba todos los postres,
entibia cada copa,
rehúsa puñaladas dialécticas
y revive en las faldas
que vuelan en la acera.

Mañana nos veremos
 y si no, paciencia.                                

(c) Sergio Manganelli
San Antonio de Padua
Provincia de Buenos Aires

Sergio Manganelli, poeta y narrador argentino. Nació en Haedo, Provincia de Buenos Aires, Argentina,el 28 de febrero de 1967. Reside actualmente  en San Antonio de Padua, al oeste del conurbano bonaerense. Sus poemas y artículos han sido publicados en una importante cantidad de diarios argentinos, de México y España. Asimismo en revistas culturales y literarias de Argentina, Cuba, Italia, España, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Francia, Colombia, Venezuela, Chile, Brasil, Honduras,  etc... Obtuvo entre 1991 y 1999 una treintena de premios y menciones en su país y el extranjero. Se encuentra trabajando en la edición de “Sangre de Toro” -poemas y banderillas-, que se editará inicialmente en Buenos Aires y luego en España.   En 2011 ha ganado el Premio de Poesía de la Universidad de Cali, Colombia y el Premio de Poesía “Leopoldo Marechal”, que otorga el Municipio de Morón, Buenos Aires, Argentina.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

publique aquí su comentario